Explorando Aspectos de mi Persona



UC1 ¿QUIÉN SOY AHORA?

Explorando aspectos de mi persona”

CG.1 Enfrenta las dificultades y se valora a sí mismo y aborda problemas y retos teniendo en cuenta los objetivos que persigue.
1º. El alumno identifica los aspectos personales  y de su entorno que influyen en su vida para planear su futuro.
2º. Los alumnos  investigan en diferentes fuentes sobre los diversos elementos que conforman su persona: Actitudes, aptitudes,  gustos,  vocación, valores, identidad, auto concepto,  etc.
3º. Se discuten en sesión plenaria, se retroalimenta la actividad y realizan una reflexión personal.




INFORMACIÓN TEÓRICA

ACTITUDES.
Es importante establecer también la diferencia entre actitudes positivas y negativas. Las positivas son aquellas que colaboran con el individuo para conseguir enfrentar la realidad de una forma sana y efectiva, las negativas son las que entorpecen esta relación del individuo con su entorno. La libertad del individuo reside en poder elegir entre una actitud y otra a cada momento.
APTITUDES
La palabra aptitud proviene del latín aptus que significa “capaz para”.
Es la habilidad o postura que posee una persona o cosa para efectuar una determinada actividad o la capacidad y destreza que se tiene para el desarrollo y buen desempeño de un arte, deporte, etc
INTERESES VOCACIONALES.
 Se refieren a la atención o gusto  que se da a una actividad, a la cual se le atribuye un valor de mayor importancia entre otras.
ORIENTACIÓN VOCACIONAL
Es un conjunto de prácticas destinadas al esclarecimiento de la problemática vocacional. Se trata de un trabajo preventivo cuyo objetivo es proveer los elementos necesarios para posibilitar la mejor situación de elección para cada sujeto
VALORES
Son aquellas cualidades, virtudes o características de una acción, una persona o un objeto que se consideran típicamente positivas o de gran importancia por un grupo social.



ARTÍCULOS INTERESANTES



Biblioteca Wikisource


El criterio
Capítulo III: Elección de carrera

de Jaime Balmes


I - Vago significado de la palabra «talento»[editar]
Cada cual ha de dedicarse a la profesión para la que se siente con más aptitud. Juzgo de mucha importancia esta regla y abrigo la profunda convicción de que a su olvido se debe el que no hayan adelantado mucho más las ciencias y las artes. La palabra talento expresa para algunos una capacidad absoluta, creyendo, equivocadamente, que quien está dotado de felices disposiciones para una cosa lo estará igualmente para todas. Nada más falso; un hombre puede ser sobresaliente, extraordinario, de una capacidad monstruosa para un ramo, y ser muy mediano, y hasta negado, con respecto a otros. Napoleón y Descartes son dos genios y, sin embargo, en nada se parecen. El genio de la guerra no hubiese comprendido el genio de la filosofía, y si hubiesen conversado un rato es probable que ambos habrían quedado poco satisfechos. Napoleón no le habría exceptuado entre los que con aire desdeñoso apellidaba ideólogos.
Podría escribirse una obra de los talentos comparados, manifestando las profundas diferencias que median aun entre los más extraordinarios. Pero la experiencia de cada día nos manifiesta esta verdad de una manera palpable. Hombres oímos que discurren y obran sobre una materia con acierto admirable, al paso que en otra se muestran muy vulgares y hasta torpes y desatentados. Pocos serán los que alcancen una capacidad igual para todo, y tal vez pudiérase afirmar que nadie, pues la observación enseña que hay disposiciones que se embarazan y se dañan recíprocamente. Quien tiene el talento generalizador no es fácil que posea el de la exactitud minuciosa; el poeta, que vive de inspiraciones bellas y sublimes, no se avendrá sin trabajo con la acompasada regularidad de los estudios geométricos.


II - Instinto que nos indica la carrera que mejor se nos adapta[editar]
El Criador, que distribuye a los hombres las facultades en diferentes grados, les comunica un instinto precioso que les muestra su destino; la inclinación muy duradera y constante hacia una ocupación es indicio bastante seguro de que nacimos con aptitud para ella, así como el desvío y repugnancia, que no puede superarse con facilidad, es señal de que el Autor de la Naturaleza no nos ha dotado de felices disposiciones para aquello que nos desagrada. Los alimentos que nos convienen se adaptan bien a un paladar y olfato, no viciados por malos hábitos o alterados por enfermedad, y el sabor y olor ingratos nos advierten cuáles son los manjares y bebidas que, por su corrupción u otras calidades, podrían dañarnos. Dios no ha tenido menos cuidado del alma que del cuerpo.
Los padres, los maestros, los directores de los establecimientos de educación y enseñanza deben fijar mucho la atención en este punto para precaver la pérdida de un talento que, bien empleado, podría dar los más preciosos frutos, y evitar que no se le haga consumir en una tarea para la cual no ha nacido.
El mismo interesado ha de ocuparse también en este examen; el niño de doce años tiene, por lo común, reflexión bastante para notar a qué se siente inclinado, qué es lo que le cuesta menos trabajo, cuáles son los estudios en que adelanta con más facilidad, cuáles la faenas en que experimenta más ingenio y destreza.


III - Experimento para discernir el talento peculiar de cada niño[editar]
Sería muy conveniente que se ofreciesen a la vista de los niños objetos muy variados, conduciéndolos a visitar establecimientos donde la disposición particular de cada uno pudiese ser excitada con la presencia de lo que mejor se le adapta. Entonces, dejándolos abandonados a sus instintos, un observador inteligente formaría, desde luego, diferentes clasificaciones. Exponed la máquina de un reloj a la vista de una reunión de niños de diez a doce años, y es bien seguro que si entre ellos hay alguno de genio, mecánico muy aventajado se dará a conocer, desde luego, por la curiosidad de examinar, por la discreción de las preguntas y la facilidad en comprender la construcción que está contemplando. Leedles un trozo poético, y si hay entre ellos algún Garcilaso, Lope de Vega, Ercilla, Calderón o Meléndez, veréis chispear sus ojos, conoceréis que su corazón late, que su mente se agita, que su fantasía se inflama bajo una impresión que él mismo no comprende.
Cuidado con trocar los papeles: de dos niños extraordinarios es muy posible que forméis dos hombres muy comunes. La golondrina y el águila se distinguen por la fuerza y ligereza de sus alas, y, sin embargo, jamás el águila pudiera volar a la manera de la golondrina, ni ésta imitar a la reina de las aves.
El tentate diu quid ferre recusent, quid valeant humeri que Horacio inculca a los escritores, puede igualmente aplicarse a cuantos tratan de escoger una profesión cualquiera











XL - La vocación: su arraigo inconsciente.[editar]
Hay una misteriosa voz que, viniendo de lo hondo del alma, le anuncia, cuando no se confunde y desvanece entre el clamor de las voces exteriores, el sitio y la tarea que le están señalados en el orden del mundo. Esta voz, este instinto personal, que obra con no menos tino y eficacia que los que responden a fines comunes a la especie, es el instinto de la VOCACIÓN. Verdadero acicate, verdadera punzada, como la que, en su raíz original, significa este nombre de instinto, él se anticipa a la elección consciente y reflexiva y pone al alma en la vía de su aptitud. La aptitud se vale de él como los pájaros del supuesto sentido de orientación, por el cual hallarían el camino cierto en la espaciosidad del aire. ¿Adónde va el pájaro sin guía sobre la llanura inmensa; en medio del laberinto de los bosques; entre las torres de las ciudades? A la casuca, al nido, a término seguro. Así, sin conocimiento de la realidad, sin experiencia de sus fuerzas, sin comparación entre los partidos posibles, el alma que ve abrirse ante sí el horizonte de la vida, va por naturaleza al campo donde su aplicación sera adecuada y fecunda. A veces se revela tan temprano, y tan anterior a toda moción externa, este instinto, que se asemeja a la in tuición de una reminiscencia. Otras veces se manifiesta tan de súbito y de tan resuelta manera, cuando ya el alma ha entrado en el comercio del mundo, que sugiere la idea de una real vocación, esto es, de una verdadera voz que llama. «Sígueme ¡oh Mateo!». Otras veces, en fin, después de indecisiones en que parece revelarse la ausencia del saber inequívoco y palmario del instinto, surge la vocación tan clara y enérgica como si las dudas hubieran sido resueltas por el fallo de una potestad superior: tal se contaba, en la antigüedad, que surgió de la respuesta de la Pythia, para Aristóteles y para Licurgo.
La repentina conciencia que un alma, hasta entonces ignorante de sí misma, adquiere de su vocación, suele acompañarse de un estremecimiento tan hondo y recio en las raíces de la vida moral, en los obscuros limbos donde lo espiritual y lo orgánico se funden, que la emoción semeja un vértigo o un síncope; y a veces dura, como un mal del cuerpo, la huella que deja en la carne esa sacudida o arranque misterioso. Cuando Malebranche sintió anunciársele su genialidad metafísica leyendo el Tratado del hombre de Descartes, que puso ante sus ojos la imagen de una aptitud semejante a la que él llevaba, sin conocerlo, dentro de sí mismo, las palpitaciones de su corazón le sofocaban a punto de forzarle a interrumpir la lectura. Wagner nada sabía de su vocación musical, antes de oír, por primera vez, en un concierto de Dresde, una sinfonía de Beethoven. Trastornado por la intensidad de la emoción, llega enfermo, enfermo de verdad, a su casa; y cuando pasados los días, vuelve a su ser normal, tiene ya plena conciencia de su vocación y se apresta para acudir a ella.
Energía que arraiga en el fondo inconsciente y genial de la personalidad, la vocación prevalece sobre los más altos y categóricos motivos de determinación voluntaria. Un padre moribundo, médico decepcionado de su ciencia, llama junto al lecho a su hijo, y le persuade a jurar que abandonará el propósito de estudiarla. El juramento sagrado hace fuerza, durante cierto tiempo, en el ánimo del hijo; pero, al cabo, la soberana voz interior recobra su ascendiente, y ese inculpable perjuro será Walter, el gran anatomista de Koenigsberg. Puede la razón del mismo que se siente fatalmente llevado a cierto género de actividad, condenar y aborrecer el objeto de ésta, sin que por ello la vocación pierda un ápice de su fuerza e imperio. El gran capitán de los reinados de Marco Aurelio y de Cómodo: Albino, es fama que reprobando las armas con toda la sinceridad de su pensamiento, perseveraba en ellas por ímpetu irresistible de su naturaleza, lo que le movía a decir que para él fue ideado el verso de Virgilio: Arma amens capio, nec sat rationis in armis.
En medio de los obstáculos del mundo; del abandono y la adversidad; del desdén y la injusticia de los hombres, la vocación hondamente infundida se desenvuelve con esas porfías indomables que recuerdan las significativas figuraciones en que la fantasía pagana expresó la tenacidad de un don o carácter que se identifica con la esencia de un ser: tal la repetidora Eco, que, muerta y despedazada, no pierde su facultad; la lengua de Filomela que, cortada por su forzador, sigue murmurando sus quejas; Niobe, que, convertida en piedra, llora todavía; o el ensimismado Narciso, que después de descender al averno, aún busca, en las negras aguas de la Estigia, la hermosura de su imagen.
Pero si, una vez desembozada y en acto, la vocación profunda manifiesta esta nota de fuerza fatal, no siempre toma franca posesión del alma sin que la voluntad la busque y anime. Suele ser, la vocación, tardía y melindrosa en declarar su amor, aun cuando luego pruebe, con su constancia, cuán verdadero era; por donde se parece en ocasiones al enamorado tímido y al pobre vergonzante, en quienes la vehemencia del deseo lucha con lo flaco de la decisión. Para consuelo del enamorado y del pobre que sufren por este íntimo conflicto, la naturaleza ha distribuido, entre sus gracias delicadas, un arte fino y sutil, de que suele hacer beneficio tanto a las voluntades sabias en ardides de amor, como a las almas piadosas. Es éste el arte de provocar el atrevimiento, de modo que no se percate de la provocación el provocado, que le tiene por propio y natural impulso suyo. ¡Cuánta perspicacia y habilidad; qué intuitivo hallazgo de la actitud, el gesto y la palabra; qué justo punto medio entre contrarios extremos de insinuación y de desvío, para determinar al labio trémulo a la audacia de la confesión; o a la mano contenida, al recibimiento de la dádiva!... Pues algo de este arte ha menester la voluntad puesta en la obra de vencer la hesitación de ciertas vocaciones: ya para despejar y definir el rumbo de una vocación conocida; ya para que se nos acerque y anuncie una que aún no sabemos cuál sea, pero que acaso nos tiene puestos los ojos en el alma y espera así el momento en que la voluntad, cambiando, por la observación y la prueba, las actitudes del espíritu, acierte con aquella que provocará su atrevimiento.

                




       ACTIVIDADES INTERACTIVAS





“HERRAMIENTAS PARA MÓVIL”

A través del uso, análisis y reflexión del contenido de la aplicación PLAYSTORE, el alumno desarrollará la CG 1. Se conoce y valora así mismo y aborda problemas y retos teniendo en cuenta los objetivos que persigue.

¿Y qué contiene esta aplicación?
  • ·         Calendario de trámites a la Universidad de Guadalajara, encontrarás fechas  para realizar las diligencias que requieras hacer.
  • ·         Guía de la prueba de aptitud
  • ·         La documentación que se te solicita.
  • ·         Test de orientación vocacional
  • ·         Test de intereses y habilidades o aptitudes por si tienes dudas sobre la  carrera a elegir.
  • ·         Oferta académica, es decir un listado de las carreras universitarias que te ofrece la UdG .
  • ·         Y por último las preguntas más usuales que los estudiantes se hacen al respecto.

¿Cuáles son los pasos  para utilizar esta aplicación?

1º. Descargar la aplicación de Playstore, puede ser desde tu celular o móvil.
2º. Abrir la aplicación
3º. ¡Listo! A revisarla.










Referencias bibliográficas

 Perez, Porto J., Gardey, Ana. (2012). Definiciones. (https://definicion.de/actitud/aptitud/ valores/ intereses)
López, A. (2003). La orientación vocacional como proceso. Buenos Aires: Bonum.
Ministerio de Educación. (2013). Orientación Vocacional - Cartilla para Tutores. Lima.
Jara, L. (2010). Identidad vocacional en el tránsito del colegio a la universidad en los primeros años de la vida universitaria. Material preparado sobre la base de su tesis de licenciatura para la Revista Persona.
 Álvarez, M. (1995) Orientación Profesional. Cedecs. España.
Rivas, F. (1976) Teorías vocacionales: Enfoques de asesoramiento. Madrid: Morata

Bohoslavsky,  Rodolfo  (1974) - “Orientación Vocacional - La Estrategia Clínica”. Editorial Nueva Visión.

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